Si, ya se, a veces cuesta mucho trabajo el hablar con nuestros hijos de una forma positiva, más si tuvimos un día difícil.

Pero recuerda, que los adultos somos nosotros, y claro que podemos hacerlo, podemos controlarnos y ver por el bien de los demás.

Cuando tenemos un conflicto de pareja, la mejor forma de solucionarlo es hablar como adultos, sin gritos ni faltas de respeto… con los hijos pasa lo mismo, entienden mejor si les explicamos porque estuvo mal lo que hicieron, o porque es necesario actuar de una forma correcta.

Además, no se trata de regañar a los hijos porque no hacen lo que nosotros queremos que hagan, sino que hay que ayudarlos a que sean lo que ellos pueden llegar a ser… es decir, cada hijo es diferente y tiene diferentes virtudes y áreas de oportunidad, (que comúnmente se llamaban defectos), y a nosotros como padres, nos corresponde el que crezcan como ellos son, pero lo mejor que puedan…

Para eso es necesario conocer bien a nuestros hijos, aceptarlos y quererlos, y entonces convertirnos en guías para que desarrollen todas las habilidades que tienen y aprendan a compartirlas a los demás, porque a final de cuentas para eso tenemos nuestras habilidades, para participarlas con los otros.

Entonces, si por ejemplo, uno de nuestros hijos comete algún error pegándole a su hermano o no estudiando, o contestándonos de un forma muy agresiva, además de explicarle que lo que está haciendo no está bien porque a él lo aleja de la felicidad y de la búsqueda de la perfección y no solo eso, sino que lastima a otros con su actitud… tiene que aprender una lección, a veces la misma vida nos da lecciones, pero cuando como padres vemos que nuestro hijo no se ha percatado que cometió un error, entonces entramos para ayudarlo… y la consecuencia por ese acto, no debe de estar vacía, sin sentido, debe de tener una consecuencia en la que aprenda a tratar mejor a los demás… puede por ejemplo escribir una carta a su hermano enumerando todas esas cosas que le gustan de él, o lo puede invitar a algún lado, si es que ya están más grandes, en fin, como papas a veces tenemos mejores ideas que las que salen en todo internet, el punto es que veamos que con esa consecuencia nuestro hijo de verdad va a mejorar y va a entender porque lo que hizo no fue lo correcto.

Hay nuevas tendencias “educativas” en donde nos dicen que no les digamos nada, que los dejemos actuar, y que no los traumemos, si es verdad que no tenemos que pegarles o maltratarlos, pero tampoco tenemos porque evadir el problema, y pensar que todo está bien para evitar problemas con nuestros hijos… hay que enfrentar la situación y realmente analizarla bien para ayudarlos a salir adelante… si nosotros no les exigimos y no les ayudamos, nadie lo hará… los demás serán demasiado políticos y si algo no les gusta de ellos, se alejaran y ya… nosotros como padres no nos alejaremos jamás de ellos, les vamos a ayudar con amor, positivamente, con exigencia y firmeza, con límites y con flexibilidad. Siempre pensando en ellos antes que nosotros, siempre tratando de hacerlos unas buenas personas.

Así que a la otra que nuestro hijo nos saque de nuestras casillas, hay que de verdad contar hasta diez, salir a respirar y encontrar una buena solución para ayudarle a mejorar.