Es delicioso entrar a un spa, te preguntan qué quieres que te hagan, te tratan con muchísima delicadeza, te hacen relajarte desde la cabeza hasta la punta de los pies… Ellos te cuidan, pero eso no te hace menos que ellos, tú decides que es lo que quieres y como lo quieres, tu eres el cliente y ellos aunque tengan ese poder de relajarte…

Podríamos pensar que así es la última etapa de la vida…

Cuando somos niños toca jugar, aprender, escuchar, obedecer, ser dependientes de nuestros papas,  darnos cuenta de que con los adultos que hay a nuestro alrededor podemos estar mejor, si nos cansamos nos cargan, si nos caemos nos levantan, nos preparan la comida, nos llevan de paseo, nos hacen fiestas de cumpleaños, nos dan regalos, nos enseñan mil cosas nuevas!

Cuando somos adultos trabajamos, somos más independientes, por lo menos de nuestros papas, tenemos más fuerzas para levantarnos cuando nos caemos, podemos irnos a la cama nosotros solitos, sin que nadie nos cargue, podemos ir al baño solos! Y no mojamos la cama en las noches! Ahora nos toca enseñar, dirigir, mandar, coordinar, dar regalos, cuidar de los que dependen de nosotros, nos toca llevar a pasear, organizar las fiestas, tener amigos, estudiar, aprender cada día más…

Cuando somos viejitos, (o de tercera edad como dicen muchos para no herir las susceptibilidades de nadie) nos toca disfrutar, reír, recordar, ahora podemos tener más tiempo para nosotros, nos toca recopilar todo lo que hemos vivido en la vida para compartirlo a los demás, ahora también  aprendemos de otros, volvemos a ser dependientes, a veces nos tienen que sacar a pasear, nos vuelven a preparar la comida e incluso a veces nos la tienen que dar en la boca, también a veces, aunque nos de mucha pena, nos tienen que llevar al baño, o cambiarnos si de plano ya no tenemos más fuerzas, nos organizan fiestas, y nos llevan a dormir… A veces también, nos organizan la vida…

¿Nos organizan la vida?? Si… Tristemente los que ahora están experimentando ser adultos no se han dado cuenta que fuimos como ellos, que tenemos una carrera, quizás hasta un Master, que fuimos médicos, profesores, ingenieros, o probablemente no tuvimos una carrera, pero sabíamos todo acerca de la vida, nos encantaba discutir sobre política, fútbol e incluso religión, no se han dado cuenta que nos encantaba correr y andar en bici, que nos desvelábamos bailando en mil fiestas, que no teníamos muchas preocupaciones, o teníamos muchas! que en nuestro trabajo lo hacíamos todo muy bien y organizábamos comidas cada viernes con los cuates… No se han dado cuenta que dentro de este cuerpo traicionero que no nos deja ya mover bien, hay una persona pensante, con más experiencia y conocimientos que los que tienen ellos, con personalidad propia, gustos propios, con ideales, con muchos muchos conocimientos que nos hacen ser únicos!

No se dan cuenta que aunque ahora somos igual de dependientes o más que cuando éramos niños, tenemos un cumulo de historia que nos hace ser valiosísimos! Que ahora estamos en la edad de oro…

Que todavía queremos decidir si vamos o no a alguna parte, si comemos o no algo, si nos enojamos o no…

Ojala y no se desesperaran tanto con nosotros, ojalá entendieran que solo estoy viejo por fuera, pero que mi cerebro sigue funcionando, mi corazón sigue latiendo y queriendo amar más y más, y si mi cerebro me traicionara y se rebelara ante mis conocimientos y experiencias, si de pronto olvidara quien soy y porque estoy aquí… Ojalá hubiera alguien que me comprenda y me trate con respeto y con amor…

Entonces, cuando eso pase… Nos sentiremos como en un spa, en donde nosotros somos el centro, el cliente especial que llega a que los demás nos consientan en el último nivel de nuestra vida…