Poca tolerancia a la frustración… Resolución de conflictos
¿Conoces a alguien que cambie de trabajo como de calcetines? O que tal vez no se cambie pero se frustra de algo al poco tiempo… ¿O te suena conocido el oír de alguien que cambia de hobby o de deporte muy seguido? ¿O de pronto has oído de un aumento espectacular en la tasa de divorcios? ¿Crees que solo es parte de la innovación el cambiar de celular, computadora o tableta cada que sale una nueva??
Ahora, vámonos a edades más cortas… ¿Has oído de jóvenes que no se deciden qué carrera estudiar? ¿O se te hace normal ver como los adolescentes cambian de amigos muy seguido?
Brinquemos ahora a edades más pequeñas… ¿Tu hijo se cansa de su actividad extra escolar casi casi al mes de haber entrado? ¿Tiene peleas constantes con sus amigos? ¿Se pone como fiera cuando recibe un “no” ante un permiso? ¿No puede reaccionar bien cuando pierde? ¿Si se cae se priva hasta quedarse sin aire?
Parece que cuando leemos cada uno de estos ejemplos, no hay ilación entre un evento y otro….
Vuélvelos a leer y veras que con un poco de lógica… Todo va conectado a lo mismo:
Poca tolerancia a la frustración
Ahora la tendencia a “Sé feliz pase lo que pase” … Se entiende como “tira tu esfuerzo a la basura si no te sientes a gusto”
¿Y que pasa con todo lo que construimos? ¿Qué pasa con nuestras expectativas!?
A ver… Cuando un niño pequeño juega… Se esfuerza, trata de ganar, pero al final hay uno solo que se lleva el primer lugar… Y a los demás les llaman perdedores
Me parece que desde ahí cometemos el error… Si es verdad que uno solo se llevó el primer lugar, pero los demás se llevaron el esfuerzo, la experiencia de competir, la docilidad al ir a felicitar al ganador, y la inteligencia para estudiar qué fue lo que paso e intentarlo de nuevo para lograr ese primer lugar.
¡Y cuando un hijo recibe un no ante un permiso es algo bueno! Porque debe de haber una razón, y eso ayuda a la inteligencia a darme cuenta que aunque en la vida hay cosas que se nos antojan más que otras no significa que esas sean las mejores para nosotros en esos momentos… Si es divertido jugar videojuegos, pero hay momentos en que es más importante bañarse, o hacer la tarea o salir a tomar el aire, o platicar con un hermano, o ayudar a papa con algo importante.
Y después… La famosa batalla en el deporte para los hijos… Está de moda esa frase de… “Pues lo que quiero es que mi hijo sea feliz, y si no lo veo feliz en el deporte que él escogió… Pues lo cambio a otro… Con tal de verle su sonrisa en la cara (y con tal de no pelearme con él)”
¿Quieres realmente que sea feliz? Enséñale a cumplir los compromisos que el mismo se planteó… No le enseñes a dejar algo porque no le ves su sonrisita en la cara…
Recuerda que lo que realmente vale la pena cuesta trabajo obtenerlo… Y con esta actitud le abrirás más puertas en la vida… Pues crecerá seguro de sí mismo y de sus decisiones, crecerá sabiendo que para hacer un juicio de alguna situación hay que tratar de llevarla más tiempo, hay que intentar varias veces… Andar en bici es el ejemplo perfecto… No se aprende en una sola tarde… Empezamos con rueditas o bicis entrenadoras, luego la velocidad, después el equilibrio… Y al final la felicidad de sentir el viento en la cara cuando vamos en la bici a toda velocidad sin ningunas llantitas que nos frenen…
No seamos comodines y miedosos… Cuesta trabajo el hacer de nuestros hijos tolerantes a la frustración… Cuesta trabajo el decirles que no a algo, el verlos a veces sufrir ante una decisión que ellos mismos tomaron, ante el enfrentamiento de las consecuencias de sus propios actos… Y nosotros debemos de demostrarles que los queremos muchísimo pero que hay cosas por las que tenemos que pasar en esta vida y eso los hará personas más responsables, inteligentes, fuertes, empáticas y sobre todo felices!