Hoy quiero platicar con ustedes sobre un tema super importante, que la verdad nos afecta a todos como papás: ¿Qué esposo va a encontrar tu hija en el futuro?

A ver, siendo honestos, la presencia de un papá en la vida de una hija es tan importante como la de la mamá. Sé que muchas veces, por cosas de la vida, no hay un papá presente, y ahí es donde las mamás se convierten en las súper heroes, dándoles a sus hijas esa estabilidad que necesitan. Pero cuando el papá está, su papel es súper clave.

Mira, si un papá le enseña a su hija desde pequeña a ser independiente, segura de sí misma, respetuosa, amable, y decidida ante las dificultades, esa niña va a crecer con una base increíble. Y lo mejor es que, cuando sea el momento, va a encontrar un compañero de vida que la impulse a seguir creciendo en todas esas cualidades. Va a encontrar a alguien que la quiera, la apoye, la escuche, y la motive a seguir creciendo en virtudes. Un esposo que le dé la mano cuando lo necesite y la anime en los momentos difíciles. 

Y claro, muchas veces esa figura que encontró en su papá la va a buscar reflejada en su esposo. ¿Y sabes qué? Si su papá fue un buen ejemplo, se le va a hacer normal buscar a alguien que la trate bien, que sea amoroso y respetuoso, porque eso es lo que ha visto y vivido en casa. Entonces, ¡mucha atención! Vamos a platicar de cómo, en el día a día, un papá puede ayudar a su hija a valorarse a sí misma, a ser segura y a construir relaciones fuertes y positivas en su vida futura. Ya sea con su esposo, amigos, compañeros de trabajo… ¡o con quien sea!

1. El ejemplo

Sabes que normalmente dejo esto para el final de mis podcasts porque es lo más importante, pero hoy quiero empezar con esto: ¡El ejemplo! Es fundamental. Si un papá trata con respeto y cariño a su esposa, sus hijos van a aprender de eso. Las hijas, sobre todo, van a buscar en el futuro a alguien que las trate igual, que las quiera, que las respete. 

Pero ojo, porque si el papá se burla, trata mal a su esposa, le habla de mala forma, la ignora, o siempre la corrige… los hijos también van a aprender esa dinámica. Y aunque en algunos casos las hijas buscan lo opuesto, tristemente lo común es que repitan patrones y terminen buscando a alguien que las lastime emocionalmente de la misma forma en que lo vieron en casa. Entonces, papás, ¡mucho ojo con cómo tratan a sus hijas y esposas! Están formando la autoestima y el criterio con el que ellas van a ir escogiendo a las personas que las rodearán en su vida.

2. Respeto hacia ellas

Así como es clave el trato hacia la mamá, también lo es cómo tratas directamente a tus hijas. Educar no es gritar, castigar, o maltratar. Educar es guiar con amor. Y sí, es más común que las mamás tengan esa paciencia y cariño extra, pero a veces a los papás les cuesta más conectar emocionalmente con sus hijos. 

Por eso este mensaje va directo a los papás: traten con respeto y cuidado a sus hijas, cada palabra, cada gesto cuenta y queda marcado en sus corazones. ¿Te gustaría que el esposo de tu hija en el futuro le hablara y la tratara como tú lo haces? ¡Piénsalo!

Educar es acompañarlas en su crecimiento con amor, paciencia y respeto, para que cuando llegue el momento, ellas tengan la fortaleza de elegir a personas que las traten igual de bien. Y si crees que hay algo que puedes mejorar, no dudes en hacerlo. ¡Siempre hay tiempo para cambiar y mejorar!

3. Perseverar

Una vez que empiezas a ser ese papá que acompaña y educa con amor y respeto, hay que perseverar en ese camino. No es algo que haces un día y ya. Es todos los días. Acompañar a tus hijas en su crecimiento, estar pendiente de ellas, no sólo cuando son pequeñas, sino a lo largo de toda su vida, porque van a seguir aprendiendo de ti, siempre. 

La perseverancia es la clave para que los buenos hábitos y relaciones que estás ayudando a formar en ellas se mantengan a lo largo del tiempo. Si fallan o caen en malos hábitos, no las dejes. Ayúdalas a levantarse, a retomar lo bueno que ya tienen y a seguir adelante con más fuerza.

Así que, papá, si sientes que hay algo que mejorar, no lo dudes. Tus hijas están aprendiendo de ti todos los días. ¡Ánimo! Que siempre hay tiempo para ser un mejor papá.

PlayPlay